Primeros asentamientos
4.000 A.C.
Petroglifo de Monte
3.000 – 2.000 a.C.
Círculo lítico de Lavandeiras
2.000 a.C
Fíbula de bronce tipo anular romana
Siglos I y IV d.C.
Primeros escritos sobre Xove
Siglo VIII, durante el reinado de Alfonso I 28 de abril de 787
Sede episcopal
Año 1.111
Concello de Portocelo
Se integra en la provincia de Lugo con la denominación de Portocelo en 1822
Concello de Xove
Año 1.940
El topónimo de Xove proviene del nombre de origen latino Iovius, a partir de la forma del genitivo Iovii, Júpiter, el principal dios de la mitología romana. Razón por la cual se cree que los romanos erigieron tras la conquista un templo de importancia suficiente en estas tierras como para dar nombre al municipio.
Las evidencias de que Xove se encuentra habitado desde hace más de 4.000 años son los numerosos yacimientos prehistóricos que se registran en su territorio. Destacan el círculo lítico de Lavandeiras, localizado durante las obras de la carretera de altas prestaciones, y que los arqueólogos datan aproximadamente en el 2000 a.C. Este henge mide unos 80 metros de diámetro, que hacen de él el más grande descubierto hasta el momento en la península ibérica. El hallazgo gana importancia porque demuestra la conexión de nuestra historia con la de las islas británicas, donde la aparición de este tipo de monumentos es algo común.
Las mámoas, túmulos funerarios con planta circular u ovalada con un dolmen en su interior, son otro tipo de construcciones prehistóricas abundantes e importantes en el territorio de Xove. Destaca la mámoa de Guilán, localizada en la parroquia de Xuances en el año 2017, cuenta con el dolmen completo y treinta metros de diámetro, que hacen de ella la mayor de toda la comarca de A Mariña.
Aquellos primeros habitantes de Xove también dejaron sus huellas milenarias en las piedras en forma de manifestaciones gráficas esculpidas en el petroglifo de Monte, que los arqueólogos datan aproximadamente entre el 3000 y 2000 antes de Cristo.
Del mismo modo, a principios de la nuestra era los habitantes de Xove transmitieron su arquitectura en las piedras de los nueve castros localizados en las parroquias de Sumoas, Xuances, Morás y Portocelo. En esta última parroquia, en el castro de Punta Mechiluíde, el Ayuntamiento de Xove realizará una prospección arqueológica en el año 2020.
Es destacable el hallazgo en 1939 en el castro de Vilar en Xuances, de una fíbula de bronce tipo anular romana datada entre los siglos I e IV d.C. Esta pieza metálica se usaba para sujetar prendas de vestir como las togas, y se guarda en el Museo Provincial de Lugo.
Los primeros escritos sobre Xove son del siglo VIII, durante el reinado del rey Alfonso I, cuando el diácono Rodrigo de Coimbra deja un testamento datado el 28 de abril de 787 y donde lega dos conventos dúplices fundados por él: uno en Santo Estevo de Sumoas, y otro en San Tirso de Portocelo. Este modelo monástico, que combinaba conventos de monjes y monjas bajo la misma autoridad, era muy común al inicio del cristianismo y servían para fijar la región tras la reconquista comenzada por los reyes asturianos.
El territorio de Xove, formado por las jurisdicciones de Portocelo, Galdo y Viveiro, pertenecía en la Edad Media a la demarcación eclesiástica de Mondoñedo, que era sede episcopal desde el año 1111. Xove aparece como Ayuntamiento en la primera mitad del siglo XIX cuando en 1822 se integra en la provincia de Lugo con la denominación de Portocelo, abarcando las parroquias de Lago, Morás, Portocelo, A Rigueira, Sumoas y Xove. Este último pasará a dar nombre al municipio a partir de 1940.