Miradores & Puntos Singulares

Los acantilados que recorren la franja litoral desde el cabo de Morás hasta la punta Roncadoira son uno de los lugares más espléndidos y sorprendentes del norte de Galicia. Una vez pasado O Portiño de Morás, y tomando la dirección hacia el cabo que lleva el mismo nombre, el camino desemboca en un cementerio de rocas con restos de dolos, bloques de hormigón desparramados por esta zona, donde se fabricaron en la década de los setenta para la construcción de la escollera del puerto de la empresa de aluminio.

Al fondo de este paisaje futurista la costa se precipita en una pared vertical de granito de 32 de altura, cortada y esculpida por el viento y la lluvia durante siglos de paciencia, dando lugar a caprichosas formas en las piedras que recuerdan a las angulosas esculturas del arte del origami. Por este motivo los numerosos visitantes han comenzado a conocer esta zona del litoral con el nombre de Acantilados de papel.

El nombre oficial de la isla es Ansarón, pero el uso del nombre popular Sarón está tan normalizado que el instituto de enseñanza secundaria de Xove se denomina I.E.S. Isla de Sarón. La isla mide 83 metros de altitud y cuenta con una superficie de diez hectáreas, lo que la convierten en una de las más grandes de A Mariña Lucense.

En sus altos y recortados acantilados se cría uno de los mejores percebes de Galicia, y en su entorno vive una gran comunidad de gaviota Patiamarilla. El entorno de la isla es una importante zona migratoria de aves marinas.

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Popularmente conocido como Faro de Roncadoiro, fue construido a principios de la década de los ochenta y comenzó a alumbrar en el año 1984, aunque no funcionará de forma definitiva hasta el 10 de abril de 1986. Se eleva 94 metros sobre el nivel de mar, y aunque está muy próximo a la Estaca de Bares, y al faro de San Cibrao, su construcción se hizo necesaria debido al alto número de naufragios acontecidos en esta costa agreste y solitaria, donde los acantilados se precipitan al mar en verticales paredes de rudo granito, con inviernos de fuertes temporales y espesas nieblas que se presentan sin el mínimo aviso a los navegantes.

Para llegar, desde el centro de Xove (avenida da Deputación), nos desplazamos a mano derecha dirección Sumoas por la carretera LU-P-2601, y a unos seis kilómetros tomamos el ramal a mano izquierda dirección Portocelo, correspondiente a la carretera LU-P-2607, hasta la aldea de Vilachá, donde debemos tomar el segundo cruce a mano derecha, donde el faro está señalizado y donde lo encontraremos después de un kilómetro y medio. Su acceso va transformándose a medida que ascendemos por la carretera, haciéndose cada vez más agreste por causa de los grandes eucaliptos retorcidos por la fuerza del viento, de las enormes rocas que nos hacen sombra y sobre todo, debido al frío. Recuerden ir preparados para el viento de nordés que por estas tierras sopla con fuerza. Al borde del acantilado escucharán el rugir del mar al batir con toda la intensidad contra las rocas. 

El faro está compuesto de una sencilla torre blanca, bien cuidada y estilizada para ofrecer menor resistencia al viento, con un acceso muy cómodo que nos permite echar un vistazo a uno de los atardecer más hermosos del país.

Se encuentra como un punto clave dentro de la ruta de A Mariña de Lugo del Galicia Birding, como una parada interesante para anotar aves de monte bajo como la tarabilla común o el acentor común, aunque durante los pasos migratorios podemos observar la collalba gris y la tarabilla norteña.

En Xove se identifica con el Monte Medulio, en el cual, citando fuentes clásicas, tuvo lugar la batalla de los últimos guerreros galaicos en el año 22 a.C. frente a las legiones romanas, que terminó con el suicidio colectivo antes de la rendición. Probablemente, los romanos habrían alzado en la ladera de esta montaña un importante altar a Júpiter para conmemorar la victoria, y podría explicar el origen del topónimo y de Xove.

El Monte Medela se encuentra entre las parroquias de A Rigueira y Lago, elevándose 348 metros sobre el nivel del mar. Desde la cumbre se divisa todo el valle del municipio, los montes do Buio y la Serra do Xistral, alcanzando la vista hasta la Estaca de Bares, la vecina península de San Cibrao y el embalse de Riocobo.

Para llegar al monte se accede desde la carretera N-642, saliendo de Xove en dirección Burela, en Beltrán (Lago), frente al campo de fútbol, tomando a mano derecha el cruce en dirección a Vila, y a unos ochocientos metros giramos a la izquierda por una pista asfaltada de dos kilómetros que nos lleva a la cima del monte.

Este acantilado de 133 metros de altitud, con el faro de Roncadoiro (o Roncadoira) a sus pies, nos regala una espléndida panorámica sobre el mar Cantábrico. Su topónimo indica la existencia de una fortificación medieval, de la que no queda ninguna evidencia arqueológica. A unos seiscientos metros se encuentra el faro de Roncadoiro, con una señalización a mano derecha y un sendero que asciende al monte.

El Monte Castelo se abre al mar en forma de verticales paredes formadas de granito. Este litoral está formado por vegetación de matorrales de tojo y brezo, y de pastizales que se alternan con zonas de árboles. Este espacio natural está considerado como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales de Red Natura 2000, declarados estos acantilados como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA).

En este mirador se encuentran una serie de recursos de interés debidamente señalados:

• BANCO MIRADOR NACIENTE: Banco situado en la orilla oriental del monte por donde nace el sol, y que ofrece una espectacular panorámica del amanecer por detrás de los acantilados de Morás y de la isla de Sarón, o Ansarón.
• BANCO MIRADOR PONIENTE: Banco situado en la ladera occidental del monte Castelo por donde se pone el sol, y que ofrece una espectacular panorámica del atardecer. El sol se despide detrás de un horizonte recortado por los islotes Os Netos y la Estaca de Bares, la punta más septentrional de España y donde se produce la mágica unión entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico.
• PENA SOMBREIREIRA: Es una roca con forma de sombrero (de ahí su nombre), situada en la ladera oriental del monte, muy cerca de la cima, donde forma una pequeña cueva en la que se abrigaban los chavales cuando antiguamente pastoreaban por la zona.
• EL ZOOLÓGICO DE PIEDRA: Tanto en la cima, como en diferentes puntos del monte Castelo, existen abundantes afloramientos graníticos con cavidades y formas caprichosas dibujadas por el viento y la lluvia durante siglos. Muchas de estas esculturas recuerdan a algunos animales que formarían un curioso zoológico de piedras. En la cima del monte Castelo hay un panel informativo en el que se señalan las coordenadas para localizar las figuras más significativas.

El paseo marítimo de Morás forma parte del proyecto de recuperación paisajística de la zona de la playa de O Portiño. En el lugar permanecieron hasta el año 2015 las instalaciones de la antigua factoría ballenera de Morás, la más moderna de la península ibérica (1965-1977), y testigo del importante pasado ballenero e industrial de Xove. Con motivo de la recuperación paisajística del acantilado de Morás las instalaciones de hormigón y fibrocemento fueron sustituidas por uno hermoso paseo etnográfico compuesto de una senda peatonal señalizada con paneles ilustrativos de la historia de la villa.

El paseo Marítimo de Morás continúa frente a la hermosa y tranquila playa de O Portiño, y antes de desembocar en la zona portuaria atraviesa el curioso paisaje de la que fue el área de fabricación de dolos: enormes figuras de hormigón en forma de martillo desparramadas por la zona, que constituyen uno de los paisajes más singulares de la comarca, muy apreciado por fotógrafos y cineastas de todo el mundo. Aquí existe un monumento de dolos además de un gran panel ilustrativo que explica el origen de estas figuras fabricadas aquí en la década de los 70 para la construcción del puerto exterior de la fábrica de aluminio de San Cibrao.

El Pau da Vella es el punto más alto del ayuntamiento de Xove con 704 metros de altura sobre el nivel del mar, situado en la Serra do Buio y en la parroquia de San Isidoro de Monte. Su paisaje está formado por grandes superficies de pastos donde el ganado pasta en libertad y el silencio sólo se rompe por las aspas de los molinos de viento. Para llegar hasta aquí hay que tomar la carretera LU P-2604 desde el centro de Xove, que nos lleva a la parroquia de Monte, y al llegar a la iglesia de San Isidoro hay que seguir las indicaciones del panel informativo que allí se encuentra. A pocos metros del letrero, a través de una pista sin asfaltar a la mano izquierda, continuará tres kilómetros. Un nuevo cartel señala el resto del trayecto de dos kilómetros aproximadamente hasta la cima. En la cumbre de este mirador se encuentra una cruz de granito, probablemente la más antigua del municipio, de un metro de altura, que funciona como marco divisorio entre los municipios de Cervo, Ferreira de Valadouro, Viveiro y Xove.

Se desconoce el origen de este monumento, e incluso hay teorías que la consideran un ara dedicada a los dioses en un antiguo camino romano que pudo pasar por aquí y que fue adoptada por el cristianismo. En el portal Galicia Encantada. Enciclopedia de Fantasía Popular de Galicia, apuntan a que la referencia a la “vella” del topónimo puede hacer alusión a una antigua diosa, tantas veces denominada como por ejemplo en el Arco da Vella (arcoíris en gallego).

Cascada situada entre los municipios de Viveiro y Xove, en el cauce del río Loureiro. El salto de agua cuenta con una altura de 30 metros e cae de forma vertical formando una poza natural rodeada de vegetación autóctona.

Para llegar: partimos del centro de Xove (Av. da Diputación) por la carretera LU P- 2604 que conduce a Monte. A unos 12 kilómetros, al llegar al lugar de Loureiro, tomaremos dirección izquierda donde aparece la señal de la cascada. Continuamos por una pista asfaltada, pasamos por un pequeño puente y, en un camino ya sin asfaltar, junto a un lugar de casas abandonadas, dejamos el coche. Allí hay un sendero a mano derecha que nos indica el camino; una vez recorridos unos 200 metros escuchamos el sonido de una pequeña cascada y entonces el camino comienza un brusco descenso. A medida que bajamos el sonido del agua nos acompaña, además de la imagen del cañón formado entre las montañas. Al cabo de 400 metros llegamos al Pozo da Ferida: las ruinas de una vieja y rudimentaria central hidroeléctrica, la cascada, el pequeño lago, los rápidos, río abajo, y la vegetación exultante, son los componentes del espectáculo paisajístico que se presenta ante nuestros ojos.

Si continuamos desde Xove por la carretera LU-862, dirección Viveiro, a la altura de Km. 94, antes del Polígono Industrial de Camba, entrar por la primera desviación a mano izquierda, seguir el camino de tierra alrededor de 1 Km., cuando el camino comienza a subir, tomar el camino de piedras a mano derecha y la cascada ya quedará a la vista a unos 100 m. Es un gran salto de agua de más de 70 metros de alto repartidos en tres caídas diferentes que forman grandes pozos en cada una de ellas.